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sábado, 25 de marzo de 2017

EN EL SENDERO DE TU VIDA...SIGUE LA INTUICIÓN DE TU CORAZÓN.


En tu corazón, sabes perfectamente qué está bien y qué está mal. 
Sabes qué es lo que, en última instancia, te ayudará a progresar y qué te hará quedarte estancado donde estás. Aunque puedas ser muy bueno racionalizando
en contra de una determinada verdad, ésta finalmente se hace evidente.
Aunque algunos puedan ser muy hábiles intentando desorientarte, tú sabes muy
bien qué es lo mejor para tu vida. Marcha de la mano con tu corazón. 

Escucha tu voz interior, esa que tiene el mayor de los sentidos y que, mirando retrospectivamente, casi siempre tiene razón. En un mundo en que el engaño
es, demasiado a menudo, tan sólo una estrategia más, desarrolla la costumbre de descubrir la verdad con tu corazón y no tan sólo con tus ojos.


No importa quiénes quieran sacar partido de ello, el hecho es que quien ha conseguido llegar hasta donde ahora te encuentras eres tú. Y eres tú la persona mejor preparada para llevarte a ti mismo en la mejor dirección haciael futuro. El valor de tu experiencia de vida no está sólo en tu mente. 

Está enclavada en tu corazón. Observa el mundo con todo lo bueno que tienes contigo, y podrás verlo con centelleante claridad. 
Me siento orgulloso de mi corazón, se rompe, se recupera y se vuelve a romper sin perder su capacidad de amar.
Valora a las personas que te dan motivos para sonreír, olvida a las que te hacen llorar y quiere a las que te hacen amar.


La vida tiene buenos y malos momentos: De los buenos se disfruta, y de los malos se aprende.
 Aprendí que lo mejor es no preocuparse demasiado. Lo que llega, llega por algo y lo que se va... también. Todo pasa por algo, pero lo que no pasa, también es por algo.
Sabemos que fue una decisión es correcta, cuando Dios puso paz en nuestro corazón.
Lo que no te mate, te hará más fuerte.
Vivirás mucho mejor, sin esperar nada de nadie.

Si con todo lo que tienes no eres feliz, con lo que te falta tampoco lo serás. El camino para recibir lo que no tenemos, es agradecer por lo que SÍ tenemos.
Duda de todo, hasta de lo que ven tus ojos, pero nunca de lo que siente tu corazón.

Lucha como hasta ahora y mantente firme, porque poco a poco se disiparán tus agonías y alcanzaras la victoria. La bendición de Dios está sobre ti, ahora y por siempre.

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